Todos estamos hechos de la misma masa

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martes, 1 de mayo de 2012

Mataron a la gallina de los pistones de oro


Esta edición del Gran Premio de Jerez ha sido un desastre en cuanto al número de motos llegadas a la zona.  El año pasado y el anterior ya se notó un descenso muy importante.  He oido quejarse a hoteleros, hosteleros, comerciantes en general y particulares que alquilaban ventajosamente sus inmuebles por toda la zona.   Prefiero la denominación de motorista a la de motero porque a diferencia del carpintero, del cartero o del talabartero, el que utiliza una moto no se dedica laboralmente a eso sino que al igual que el automovilista o el maquinista, simplemente la conduce.  Yo, como motorista de toda la vida, creo saber la causa principal de esto.  ¿Creían muchos de los  ciudadanos y las autoridades, de Jerez y El Puerto de Santa María, que el motorista es un golfo incansable e insensible a la frustración?. Pues no. Somos personas como los demás.  ¿Se imagina Vd. lo que le entra por el cuerpo a un motorista que viene desde Barcelona, por ejemplo,  a "vivir" la fiesta de la moto y se encuentra que tal como llega a Jerez o a El Puerto le prohiben entrar a la ciudad, le ponen badenes que rompen las espaldas y le proscriben como un maldito en no pocos sitios?.  Eso, si no le ha parado varias veces la Guardia Civil, antes de llegar, para controles o sanciones y si no le han echado más de una foto desde cualquier radar apostado estratégicamente.   Tanto si vino solo como con su pareja, tenía la ilusión de conocer la ciudad y pasearse por el centro. Quería aparcar su moto en lugar seguro y disfrutar de una cerveza en la Alameda Vieja o en la Plaza del Arenal o tomar un pescado frito en la Ribera del Marisco.  No pudo ser. El derecho al descanso prima sobre el derecho a divertirse de otros.  Por esta regla de tres es inexplicable cómo no prohiben las fallas de Valencia, o la Feria o la Semana Santa de Sevilla.  Aún cuando pase esta crisis, no creo que vuelva nunca a ser lo que fue la fiesta de la moto ligada al Gran Premio de Jerez. Tanto esfuerzo y tanta inversión para esto.  Hay quien me dice que si el peligro, que si los caballitos, que si el exhibicionismo, la velocidad excedida, los petardazos....  y yo me pregunto, ¿es que no tuvieron manera de atajar solamente los abusos?, ¿había que matar a la gallina porque algún dia nos despertaba con su cacareo matutino?