El tener más de cincuenta da para haber acumulado multidud de experiencias y recuerdos y haber forjado opiniones basadas en hechos y observaciones empíricas y no en deducciones mediatizadas por las creencias y los posicionamientos ideológicos.
Un interesante libro que leí y que recomiendo, como todos los de Eduardo Punset, se titula "El alma está en el cerebro". Que el alma está en nuestro cerebro se ha ido haciendo cada vez más patente de un siglo para acá.
Hasta para los sentimientos más nobles y las capacidades más sofisticadas del ser humano vamos descubriendo que hay un "trozo" físico del cerebro donde su control reside o varias áreas en interacción. Es el caso, por ejemplo, de la empatía, de la timidez o de la vergüenza, de la ira o de la agresividad. En esta línea intuyo que son ubicables fisiológicamente comportamientos, tendencias y propensiones del ser humano que atribuimos a imponderables como el carácter y la educación.
Cuestión de tiempo, igual no poco pero llegará, el que hasta las respuestas y las conductas que consideramos más "sublimes" tengan una base fisiológica, neuroquímica.
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