Cuando en los medios me informan sobre los procesos en curso contra imputados de la trama Gurtel y en particular contra el expresidente del gobierno autónomo valenciano y otros cargos próximos a él no puedo evitar sentir bochorno. Lo siento, no solamente por ver una vez más a representantes electos del pueblo sentados ante un juez, sino por "no ver" ante un juez a otros políticos y cargos autores de abusos mucho más flagrantes.
Que estén gastando dinero mío, de todos los contribuyentes, de todos nosotros, en toda esa parafernalia protocolaria e histriónica para determinar si esos caraduras han aceptado o no trajes regalados, es incomprensible, mientras se demoran o se ignoran, hasta correr tupidos velos como en tantos otros casos, asuntos de mucho más calado como son los ERES fraudulentos en Andalucía, las subvenciones "sospechosas" del expresidente Chaves favorables para familiares y allegados, las extrañas reuniones de Pepiño Blanco, los logros económicos del Sr. Bono, las ventajas para ella y su parentela de la Sra. Aguirre y tantos y tantos otros casos de corruptelas y abusos del poder mucho más exagerados y graves.
Para esta divagación ya vale. ¿Para qué hacer memoria de tantas otras situaciones en las que la justicia entra en escena con sorprendente "oportunidad"?. Tal como escribo me vienen casos concretos. En otro momento...
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