Todos estamos hechos de la misma masa

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jueves, 26 de agosto de 2010

Una divagación cósmica

Más de una vez me he preguntado el por qué de la representación y la iconografía en forma de disco o platillo de supuestas naves para viajar por el espacio sideral.

Desde que la especie humana inició su era tecnológica nunca desarrolló ningún vehículo con esta morfología. Todos han sido, hasta hora, fusiformes, esto es, en forma de huso o alargada. Diseñados para minimizar el rozamiento y para una desplazamiento en trayectoria lineal con punto de partida y punto de destino.

¿Por qué entonces representarlos en forma de disco cuando nunca, ni de lejos, hemos fabricado nada así para desplazarnos?. Debe de haber un motivo para ello. No puede ser que obedezca sencillamente a una "ocurrencia" de un ser humano en un momento dado. O realmente han sido vistos tales formas de naves en algún momento o una inexplicable intuición nos las revela. No sería la primera vez que intuiciones así se producen. Basta citar las de Julio Verne en sus premoniciones tecnológicas, las de Leonardo da Vinci, etc. etc.

Puestos a divagar, ¿por qué no pensar que existen o han existido tales vehículos y elucubrar sobre las razones de su diseño y su modo de funcionamiento?.

Tras las disquisiciones y demostraciones matemáticas de Albert Einstein parece demostrado que la masa está directamente relacionada con la energía en función de la velocidad. Esto es, un objeto en movimiento acelerado se desintegrará y transformará en energía alcanzada la velocidad de la luz. Aunque estos parámetros escapan por ahora de nuestras capacidades, se antoja a nuestro alcance transformar en nergía un objeto, una masa. Más inalcanzable se nos muestra lo contrario, transformar en masa la energía.

No por inalcanzable debe ser imposible. Una cuestión es: ¿cómo hacer para que la energía devuelta a su estado masivo recupere las características de densidad, color, forma externa, organización molecular, o sea, para que una mesa, por ejemplo, vuelva a ser una mesa y no un trozo informe de madera?.

Imaginemos que ambas cosas son posibles: transformar energía en masa y que ésta tenga las características que tenía antes de ser energía o unas determinadas características.

En tal supuesto, ¿qué aportaría un vehículo de forma circular en revolución?. Fundamentalmente la capacidad de alcanzar en su giro enorme velocidad con un consumo de energía mínimo, dado que un movimiento circular sobre un eje apenas sufre rozamientos y además se beneficia de una enorme inercia. La velocidad de las distintas partes o moléculas del objeto será tanto mayor cuanto más alejada esté del eje de giro. De tal manera que las moléculas más alejadas, las del contorno circular del objeto alcanzaran la velocidad de la luz y se transformaran en energía.

Llegado a ese punto, el objeto empezaría a "desaparecer" en su perímetro circular convirtiéndose en energía progresivamente. Cuanto más cerca del eje de giro cada porción o molécula de la materia del objeto, menor su velocidad hasta llegar a un punto teórico de velocidad cero en el mismísimo eje de giro. ¿Estas moléculas nunca alcanzarían la velocidad de desintegración?. Cabe imaginar un proceso en base al cual la transformación en energía de cada "anillo" molecular deja al siguiente "expuesto" a ser el límite y por tanto susceptible de ser el siguiente en poder alcanzar la velocidad adecuada. O también que la transmutación en energía fuera un proceso susceptible de "contagio", es decir, que al convertirse en energía el primer anillo exterior de la nave se produjera una "transmisión" desintegradora hacia el resto de toda la masa del objeto.

¿Y después qué?. La respuesta a esta esotérica cuestión sólo puede venir de la mano de la imaginación otra vez. Convertido en energía el objeto y todo su contenido viajaría en el tiempo, la cuarta dimensión. Programadamente se interrumpiría ese viaje para retrotraerse el proceso en un instante temporal tal que el lugar físico donde el objeto se convirtió en energía esté "ocupado" por otro "punto del universo" que como se sabe está en constante movimiento. Todos los cuerpos celestes se mueven, parecen alejarse unos de otros. La "remasificación" de la nave la haría "aparecer" más o menos súbitamente en un lugar del universo distinto del que "partió". Esto coincide con lo narrado por los avistadores de "platillos volantes" que, generalmente, dicen haber visto aparecer en el cielo o sobre el terreno un objeto de esa forma extraordinariamente brillante y girando hasta quedar parado.

Estimable conciudadano, como divagación no está mal ¿no es cierto?

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