EL ESTRES DE HOY EN DIA

Las normativas, los procedimientos, el ASNEF, la ley hipotecaria, los radares, la declaración del IRPF, los plazos para los pagos de impuestos y tributos, las posibilidades de ahorrar dinero, las ofertas de los supermercados, los descuentos a fecha fija de las grandes superficies, la cita con el médico, la revisión de la ITV antes de que venza el plazo, los avisos de embargo a la cuenta bancaria sin que ni sepas de qué son, los "llame ahora" de las ofertas televisivas, las tarifas de la telefonía móvil, el ADSL más barato y, para rematar, aquellas ocasiones que si se te escapan te sientes tonto de solemnidad.   

Así no hay quien viva.  

Por si todo lo anterior fuera poco, encima tenemos que lidiar con los errores del banco, los de la Seguridad Social, y los de toda clase de proveedores.

Decides escaparte unos dias de la rutina diaria y del decorado cotidiano para relajarte y cambiar de aires.  Tres dias solamente y a la vuelta, coges la llavecita del buzón y te diriges inquieto a ver qué ha llegado.  Mala cosa.  Una carta de un bufete de abogados que a ver qué es lo quieren contigo,  un aviso de certificado del Ministerio de Hacienda que habrás de recoger en horario de tal a cual y necesariamente en la oficina de correos X, muchas cartas del banco y otras más de ofertas de todo tipo que ya por fuera de los sobres te dicen que eres el ganador de 1.000.000 de euros por tu bonita cara.  

Indignado ya de inicio, porque te sientes cumplidor impertérrito de todas tus obligaciones personales y sociales, empiezas a abrir sobres. La carta del bufete es para amenazarte de que pondrán tu nombre en un registro de morosos si no le pagas a ENDESA 39 euros que dicen que les debes del suministro de una vivienda que vendiste hace 7 años.  ¡Uf! lo del Ministerio de Hacienda deduces que sea referente a una reclamación que hace 1 año pusiste en el catastro porque actualizaron valores y te quieren cobrar el triple de los metros de vivienda que tienes.  Una de las cartas de tu banco es para decirte que impagaste un recibo del préstamo de los tres que tienes.  ¡Cómo va a ser eso!, si tengo en la cuenta al cero por ciento de interés como 100 veces más del importe de ese recibo. Las cartas de ofertas de brazaletes en oro de 24, de una colección irrepetible de maquetas de infiernillos antiguos y tantas así ni las abres, van directas al contenedor de reciclaje. Para qué seguir abriendo, lo dejas para más tarde porque el cabreo ya acumulado te ha subido los colores y las calores y más vale demorar tanto placer adicional para luego. 

Este tema da para mucho. Por poner un último caso: el tráfico, tanto en vehículos como pedestre.  Me remito al pedestre que parece como menos propenso al estrés. Pues no, porque si antiguamente era un guardia con casco blanco el que detenía a los coches y, claro está, el agente no les reanudaba el paso hasta que habías terminado de cruzar, ahora es un jodido monigote iluminado en verde el que cuando estás en la mitad de la avenida empieza a temblar y a dar zancadas emitiendo unos pitidos amenazantes que bien parece que te urgen a salvar la vida o perderla y encima sería por tu culpa.

Así es todo lo que hoy en dia experimentamos.  Hasta estar de vacaciones es estresante,  como por decir algo  si estando en Benalmádena no visitamos el Tívoli.

Mejor no seguir porque me estoy estresando.