También
cabría decir ¡ABRID LOS OJOS! porque no se puede estar dormido
constantemente. Alguna vez han tenido que ver el estado en que tienen las
infraestructuras de la isla. Desde la última casita de extrarradio, hasta
cualquier cabaña de sus campos, pasando por los tantos
palacetes y casas coloniales que les dejamos y por cualquiera de sus
¿autopistas? y no digamos por sus carreteras
secundarias. El pais es casi un derribo omnipresente. En mis 40
años de conductor de toda clase de vehículos terrestres vino a ser en Cuba
donde viví el momento más peligroso de mi vida como conductor. Cabe decir
que el único momento realmente peligroso. Fue en la carretera de
Santa Clara a Trinidad. Circulaba cuesta abajo en una pendiente a la
escasa velocidad que en general se puede ir por Cuba, unos 40 por hora, cuando
divisé con tiempo la curva a la izquierda siguiente. Fui actuando sobre
el pedal de freno con suavidad apretando progresivamente tal como me aproximaba
a la curva. Inevitablemente, debido al estado del firme con gravilla
suelta por todas partes que aumentó al entrar en la curva, el vehículo derrapó
metidos ya en ella y comenzó a deslizarse como si de su trasera algo invisible
tirara de él hacia el precipicio. Por fortuna la escasa velocidad
unida a la suerte hicieron que, cuando las ruedas traseras salieron del
descompuesto asfalto y entraron en la tierra del borde, el vehículo se
detuviera. Cuba es un territorio en ruinas. El dia que mejoren su
economía será un enorme negocio montar allí una fábrica de pinturas.
Recuerdo mi sorpresa la primera vez que, salidos de La Habana, entramos
en una mal llamada autopista dirección Matanzas, Santa Clara, etc. Lo único que
aquello tenía de autopista era la anchura de la calzada. La superficie
era en su mayor parte de tierra apisonada, por doquier enormes baches y desniveles,
pedruscos, grava suelta donde hubiera algo de asfalto…. Sin seto ni
separación central, sin señalización horizontal ni siquiera la que delimita los
carriles, bicicletas y carros tirados por burros o mulos circulando por
lo que de estar separados con la línea blanca serían los arcenes ¡¡
INCLUSO EN DIRECCION CONTRARIA ¡!. Y de noche, no digamos,
esos peatones, bicicletas y carromatos no lleva ni un reflectante y mucho menos
una bombilla. De señalización vertical para qué hablar.
¿Olvidan
los dirigentes cubanos que más de uno de sus personajes, artistas e ídolos han perdido la vida precisamente en esas
nefastas carreteras y caminos?, como por ejemplo Polo Montañez y Jerónimo
Gonzáles. Montañez, según me contaron allí, estrellado contra la trasera
de un carromato sin señalización alguna.
De forma y
manera que siendo para mí un completo extraño ese
tal Carromero ni teniendo yo nada que ver con
el partido político al que pertenece no puedo más que encontrar motivos de
sobra, aparte de que pudiera circular más rápido de lo debido, para toparse en
Cuba con cualquier árbol u obstáculo. Cuba no está preparada para
el tráfico rodado moderno y cualquier parecido con el resto del mundo
occidental es pura coincidencia. De todos modos, divagando un poco más
sobre los condicionantes ideológicos que sus dirigentes puedan tener, igual no
deben preocuparse en exceso porque, total, en ese contexto los que pierdan la
vida estrellando sus coches serán generalmente gente adinerada…. bueno
puede que no…. que también la pierdan “resolutores” taxistas ( y ya se sabe lo que es “resolver” en Cuba), campesinos
hambrientos o asalariados hacinados en las cajas de carga de esos camiones a
los que saltan para ir y volver de las plantaciones.
Una
pena que, una vez más en la historia, los sueños sean una cosa y la realidad
otra bien distinta!. Me refiero al sueño
igualitario y de justicia social que la revolución cubana pretendió implantar.
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