Todos estamos hechos de la misma masa

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sábado, 16 de julio de 2011

UN MINISTRO AL QUE NO LE PREOCUPO QUE PERSONAL BAJO SU MANDO SE CHIVARA

Estupefacto me he quedado hoy al oir al entonces ministro del interior, hoy candidado a presidir este pais, decir en una entrevista radiofónica parcialmente difundida en televisión, decir:
"me enteré de lo del Faisan eeeee varios dias después, no lo recuerdo exactamente. No me preocupó especialmente en aquél momento...... " 
Es inadmisible que a un responsable político, mando número uno de las fuerzas del orden, "no le preocupe especialmente" enterarse de que "empleados" suyos alertan a asesinos terroristas para que se libren de una redada policial.  Es EXACTAMENTE LO CONTRARIO de lo que un policía debe hacer, ¿no le parece a Vd. sufrido conciudadano?.
En otras divagaciones que he dejado caer por ahí atrás dejé mención a lo "oportuno" de ciertas noticias,  casos,  vueltas a primeras planas de manidos asuntos, o incluso proyectos de ley o anuncios de nuevas normas.   Una vez más este tipo de estrategias manipuladoras pueden estar detrás de la "oportuna" intervención del juez que "definitivamente" sentencia sentar en el banquillo al presidente de la comunidad valenciana.   Justo a tiempo para restar protagonismo a la vuelta a la actualidad de las gravísimas circunstancias que concurren en el caso Faisán.  
Nosotros, diminutos ciudadanos de a pie, no podemos opinar más que sobre lo que sabemos, lo que sabemos es lo que nos cuentan los periodistas y el cómo lo valoramos está mediatizado por el cómo nos lo han contado.   Así que para que nuestra opinión, nuestra valoración de las cosas, y a la postre nuestro voto sea favorable a quienes mueven los hilos desde una y otra parte del escenario de este guiñol,  se dan patadas, empujones y gritos para ser quienes capten nuestra atención y por ende nuestra adhesión.   No sólo políticos en el poder y aspirantes lo hacen, sino también periodistas, analistas políticos, asesores de imagen, policías, jueces, banqueros, empresarios, directores generales y tantos otros usan sus "megáfonos" para arrimar el ascua a su sardina o a la sardina del que después saben que la compartirán con él una vez asada y calentita. 
Asco me da. 

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